Decidir el voto en el juego de la democracia

Parece que la democracia se demerita, la demeritamos, la damos por hecho al llamarnos “un país democrático”. Lo más curioso es que lo hacemos nosotros mismos, los que deberíamos construir esta y todas las democracias: los ciudadanos. 

A veces creo que como sociedad no valoramos el poder contar con una credencial de elector del IFE, que la tomamos como mero instrumento de identificación o para cobrar cómodamente el cheque producto de nuestro  trabajo, pero en realidad significa mucho más que eso, más de lo que alcanzamos a dimensionar como individuos y que le falta a nuestra sociedad actual. Nos falta ese trabajo comunitario que permitió el nacimiento del IFE como organismo independiente, federal y regulador de las elecciones que hoy tenemos. Nos falta contemplar y valorar el sacrificio de aquellos que trabajaron para que eso sucediera. 

La democracia no es decir lo que quiero que suceda en el gobierno, la democracia no es poder manifestarse libremente, la democracia es un derecho, y como a todo derecho le corresponde una obligación. ¿Sabes cuáles son las obligaciones que acarrea la democracia? Es sencilla: ser buen ciudadano.  Y ser buen ciudadano tiene implicaciones varias, como la principal de ellas, o sea votar; también ser buen ciudadano significa no delinquir, por eso quienes delinquen tienen suspendido ese derecho civil. Ser un buen ciudadano también es velar por el bien común de la sociedad, en cualquiera de sus formas, ya sea trabajando, participando cuando el IFE lo solicita, no tirando basura en la calle, contaminar lo menos posible, ayudar a otros menos beneficiados… en fin, una larga lista. 

Me quiero concentrar en el bien común y el voto. Hoy decidí mi voto en la elección presidencial que tendremos el domingo, justamente pensando en el bien común y la obligación que debo atender para exigir que mi país sea democrático. No tengo afiliación política, ni partidista, ni con ninguno de los candidatos (aunque algunos piensen que sí), puedo coincidir con propuestas de proyectos de nación, como las de AMLO o las de EPN, puedo hacer críticas hacia ellos, como lo he hecho con Josefina, o simplemente ignorarlos, como con Gabriel Quadri, pero no pierdo de vista lo que para mi es importante: el bien común.

Así, investigando, leyendo, estando atento y analizando, he llegado a la conclusión que votaré por Josefina Vázquez Mota para Presidenta (ya sé, también odio a la RAE por su “presidenta”), porque sus propuestas, desde mi punto de vista serán las que nos permitan continuar en la construcción de un mejor país. Puede no ganar, puede que no sea un hito como Presidenta, pero nos dará la oportunidad de seguir por el camino (un poco con baches) democrático y que en miras a futuro, lograremos seguir adelante, algo que en los otros candidatos no he podido encontrar.

Mi deber como buen ciudadano, me lleva a priorizar el bien común, lo que yo considero sería mejor para nuestra sociedad y nuestro país. No quiero, ni pretendo, evangelizar a nadie para que vote por el PAN o por Josefina, reflexiono y comparto cómo y por qué tomé esa decisión.

Y pues ya de pilón, para el D. F. también les contaré por quién votaré. Votaré por Beatriz Paredes, una mujer que le ha costado abrirse camino en el pasado político-social de este país y creo que puede ser la opción para nuestra ciudad.

No hablaré sobre ventajas/desventajas, opciones y proyectos de otros candidatos, eso puede quedar para otro post.